Alrededor de la semana 20 de embarazo, el bebé oyente empieza a escuchar los sonidos del cuerpo de su madre. En cambio, un bebé sordo que nazca a término en la semana 40, nace con al menos 20 semanas de ausencia de estimulación auditiva, a las que habrá que sumar otras más, relativas al proceso de diagnóstico y adaptación de prótesis auditivas.
Diagnóstico precoz y atención temprana son claves para el buen pronóstico del niño o la niña con sordera (Laborda, 2005) y tú tienes un papel relevante desde casa.
Tu bebé con sospecha de pérdida auditiva o un diagnóstico inicial sigue teniendo un instinto innato por comunicarse, aprovéchalo. Especialmente en estos primeros momentos de dudas cualquier emisión de sonido de tu bebé es esencial y debe ser correspondida incluso si aún no lleva prótesis auditivas o se están ajustando, provocando así que sus vocalizaciones aumenten y acaben convirtiéndose en palabras más adelante.
Las miradas de complicidad, las sonrisas, las pausas, tus reacciones y tu voz son algunas de tus herramientas para estimular ese instinto y esas vocalizaciones.