La mayoría de las personas con sordera hablan y llegan a desarrollar el lenguaje oral de una forma totalmente competente, facilitando su participación en la sociedad de forma autónoma. Pero desgraciadamente la sociedad lo desconoce, creando barreras comunicativas y asumiendo mitos y prejuicios que provocan dificultades que nada tienen que ver con la persona con sordera.
El desconocimiento de que la mayoría de las personas sordas (97%) usa el lenguaje oral, provoca que las familias lleguen a los servicios de atención con gran desinformación y prejuicios sobre como su bebé con pérdida auditiva se comunicará, añadiendo barreras comunicativas y dificultades innecesarias que se suman al momento emocional delicado al que se enfrentan a la llegada del diagnóstico.
Si la población en general conociera que es posible adquirir el lenguaje oral siendo sord@, las familias llegarían sin presión, sin el impacto negativo que suponen los prejuicios y sabiendo que el lenguaje oral llegará. Además, las logopedas no tendríamos que invertir tiempo (importantísimo para el bebé) en desmontar mitos y creencias infundadas centrándonos únicamente en lo más importante: el desarrollo de la audición, la comunicación y el lenguaje del bebé. Lo mismo sucedería con el profesorado desde la educación infantil, hasta la universidad, quienes a menudo no conocen la realidad y las necesidades de sus estudiantes sord@s.
En el ámbito laboral muchas empresas ponen límites al potencial de las personas sordas, quienes intentan hacerse un hueco en el mercado laboral encontrándose con más dificultades que l@s candidat@s oyentes, otra vez a causa de creencias y prejuicios ajenos a la propia persona con pérdida auditiva.
La invisibilidad de las personas sordas oralistas.
Hace muchos años las personas sordas ya hablaban usando la lectura labial, amplificadores o la tecnología analógica, la cual tenía pocas prestaciones. Actualmente, los implantes cocleares (IC) y los audífonos digitales han sido una verdadera revolución, facilitando a las personas con sordera poder escuchar y adquirir el lenguaje oral de forma mucho más sencilla y siguiendo las mismas etapas del desarrollo del lenguaje que el resto de niñ@s. Ofrecen una mejor calidad de sonido y claridad, adaptándose a cada pérdida auditiva de forma personalizada y precisa. Si a esta revolución tecnológica le añadimos el diagnóstico precoz, el resultado es una maravilla.
Pero no nos engañemos, a pesar de disponer de las nuevas tecnologías y del tiempo a nuestro favor gracias al diagnóstico precoz, la adquisición y el desarrollo del lenguaje en la sordera NO SUCEDEN SOLOS y requieren de un acompañamiento personalizado, constante y prolongado, que dependerá de muchos factores.
Los primeros años del desarrollo del bebé sordo son los más importantes y los que marcaran el pronóstico de la sordera. Es imprescindible que te rodees de logopedas especializados en el desarrollo del lenguaje oral y la audición desde el primer día, que puedan acompañar a tu pequeño en cada etapa educativa desde el inicio de la lectura y la escritura, pasando por la educación secundaria y hasta el acceso a estudios superiores si es lo que desea tu hij@. Además, es imprescindible el mantenimiento correcto de los IC y los audífonos que no son nada baratos, pero que serán esenciales para el resto de su vida y por tanto suponen un esfuerzo económico por parte de la familia.
Por eso, los gobiernos y entidades deben asegurar el acceso y el mantenimiento de las ayudas técnicas como IC, audífonos, sistemas de frecuencia modulada (FM), bucle magnético, así como también invertir tiempo, esfuerzo y dinero en la formación continuada del profesorado, personal especializado y de soporte. Y por supuesto, no estaría nada mal hacer campañas para dar a conocer que la mayoría de LAS PERSONAS SORDAS HABLAN y para hacer visibles sus NECESIDADES.