Es importante que seas consciente del importantísimo rol que tienes en el desarrollo del lenguaje y la comunicación de tu hij@ con pérdida auditiva. Eres quien pasa más tiempo con tu pequeñ@ y por lo tanto tienes muchas oportunidades de usar estrategias en vuestro día a día de forma natural y casi sin darte cuenta. Sólo tienes que ser consciente de que las estás usando correctamente y en diferentes contextos y situaciones. Exponer a tu pequeñ@ a muchas y variadas situaciones, con diferentes personas y entornos, facilitará la generalización de cada paso alcanzado, además de motivarlo a seguir avanzando. Pero muchas madres y padres tienen dudas sobre cuáles son estas estrategias y como usarlas. A continuación, encontrarás las estrategias comunicativas por excelencia para usar con tu pequeño:
- Voz antes que objetos o acciones: si quieres jugar con un tren, usa tu voz y tras hacer un silencio enseña el juguete.
- Anticipa la información: antes de acercarte a la puerta para ir al parque, dile: “Quieres que vayamos al parque a montarnos en el columpio que hace chin-chan”. Mejorarás su atención auditiva además de muchos otros aspectos.
- Imita sus balbuceas poque así lo animas a seguir hablando.
- Interpreta sus vocalizaciones para que vea que lo estás escuchando y entendiendo.
- Expande para ampliar su vocabulario. Por ejemplo si tu hij@ dice “Bebé caca” dile: “Si! El bebé se ha hecho caca”
- Sigue las necesidades e intereses de tu hij@ para asegurar su motivación. Por ejemplo: si le interesan los planetas busca en la librería más cercana libros sobre el universo, poneros a dibujar los planetas o los que os apetezca.
- Respeta los turnos en el juego para facilitar que también respete los turnos de conversación. Una vez ya entiende los turnos sé constante y hazle respetarlos en la conversación.
- Reformula para darle el modelo correcto (Corrección positiva). No decir “esto no se dice así”.
- Valora positivamente cualquier vocalización o intervención por su parte para augmentar su participación en las conversaciones.
- Aprovecha las rutinas del día a día para crear rutinas lingüísticas (estructuras de lenguaje repetidas). Por ejemplo, cantar la misma canción para ir a la escuela todos los días, para el momento del baño o para la hora de cenar. Llegará un día en el que tu pequeñ@ se anticipará a ti y cantará la canción o la cantará contigo demostrando vuestra conexión, sus ganas de comunicar, su lenguaje expresivo, su atención y memoria auditiva.
- Haz de periodista describiendo lo que piensas, cómo te sientes, lo que haces, lo que hace tu pequeñ@ o lo que hacéis juntos (no interrogando).
- Ofrece opciones. Mejorará su atención auditiva, promueves su implicación y su toma de decisiones. Por ejemplo: “Crees que debemos ir al parque o quedarnos en casa?”.
- Usa preguntas abiertas mejor que cerradas. Así ofreces estructuras gramaticales más complejas que requieren un cierto nivel de atención conjunta que mejoraran su lenguaje expresivo. Ejemplo: cuando leáis un cuento no le preguntes “Quieres que pase la página?” porque su respuesta será si o no, mejor dile “Qué quieres que haga ahora?” y su respuesta será “Pasa la página”.
- Promueve conversaciones dentro y fuera de la familia (amigos, vecinos, vendedores, cuidadores...) y en diferentes contextos e incluye a tu hij@. Puedes hacer que participe preguntarle su opinión, algo referente a la conversación, incluso puedes pactar con otros adultos que le hagan preguntas.
- Usa exclusivamente la lengua oral. Los últimos estudios demuestran que así mejora la inteligibilidad del habla y las habilidades en la lectura y la escritura. No necesitas acompañar tu voz con gestos.
- Usa las diferentes funciones del lenguaje en diferentes contextos especialmente durante el juego:
+ Función informativa: expresar o describir lo que ocurre en el juego.
+ Función emotiva o expresiva: expresar cómo se sienten los personajes u objetos.
+ Función apelativa o conativa: provocar la reacción de la otra persona o controlarla. Por ejemplo, dar órdenes o preguntar.
+ Función metalingüística: hablar del lenguaje, explicar qué quieren decir las palabras.
+ Función poética o estética: hacer rimas o refranes.
+ Función fática o relacional: demostrar que estamos escuchando, que estamos presentes e interesados diciendo de acuerdo, por supuesto, ya, tienes razón, es verdad…. (potencia la comunicación y vuestra conexión).
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